dime que estoy muerto, que no nos pueden ver.
haz un ruido en mi alma, déjate vencer,
ahora hay nieve en tus manos
y en tu voz ya no hay dolor.
Y aunque estés muy equivocada
y aunque tú ya no estés,
en mi cuerpo hay mil espejos donde yo ...
por donde yo te puedo ver ...
Cuando nadie era nada,
cuando el ruido era vital,
cuando un beso era un juego,
cuando el juego era matar,
cuando era muy sencillo
y podías distinguir,
cuando en tu cuerpo había nidos
que yo podía destruir,
cuando intuías algo sucio
imposible de explicar,
cuando tus ojos preguntaban ¿estamos
donde queríamos estar? ¡Estamos!
Donde queríamos estar, estamos.
Seguidores
jueves, 29 de septiembre de 2011
martes, 27 de septiembre de 2011
wherever the river goes
1999 para mí, últimas horas 2008
Donde diablos estés. Por fin me atreví a resumir aquel año. Cuando queríamos romper ventanas... y lo hacíamos. Donde diablos estés. Si lo escuchas. No te lo tomes a mal. Todo está pasando por el filtro del tiempo y mi imaginación tramposa. Si te preguntas ''¿se ha atrevido a hablar él de mi?" observa la cifra y considerate contestada.
No incluyo nombres en ningún caso. Únicamente lo sabrás tú, que, en cierta manera es lo que pretendía. Una broma desde la distancia. 1999. El año del supuesto fin del mundo, en cierta manera... si, el fin de ti y de mí... algo definible como un pequeño mundo infranqueable para el resto.
Y como extrañas plantas, crecíamos más cuando menos agua y luz existían a nuestro alrededor.
¿Cómo podíamos pretender gustar al resto? Nos conocimos sin raíces, andamos un tiempo juntos, sin raíces... En algunos momentos tuve la sensación de que cada uno de nosotros arraigó en el otro. Pero, de cualquier manera, ya era demasiado tarde para nosotros. ¿Cómo podían asentarse en la tierra dos seres tan volátiles? Así que cada uno siguió el camino que le correspondía, y no hay nada más que decir.
Hoy iré tarde a dormir. Te informo. Me imagino que mañana te levantaras temprano.
sábado, 17 de septiembre de 2011
Fuerteventura
"Y tu piel es blanca como esta mañana de enero demasiado hermosa como para ir a trabajar. Sin pestañear hablamos con el jefe un cuento chino y, como niños, nos volvemos a acostar. Se supone que debía ser fácil ¿Tienes frío? Pero a veces lo hago un poco difícil. Perdón. Suerte que tú ríes y no te enfadas porque eres más lista y menos egoísta que yo ¿Todavía tienes frío? Bueno, cierra los ojos un minuto que te llevo a un lugar...
¡Vivan las noches. El sol, la sal en tus labios!
Al principio, como siempre, dormimos abrazados, y cuando ya suspiras me retiro a mi espacio. Me gusta dormir solo a tu lado de la cama, esta cama, hoy repleta de mantas, en esta mañana fría, fría, fría, congelada, congelada..
Suscribirse a:
Entradas (Atom)